Como decía el gran cantor y compositor bahiano Dorival Caymmi: "A quien no le gusta el samba, buen sujeto no es. Está mal de la cabeza o enfermo de los pies". En Brasil, el samba es reconocido como música popular genuinamente brasileña, y la Ciudad Maravillosa, Río de Janeiro, es el baluarte de este estilo musical. Dondequiera que vaya, el sonido del zurdo, del pandero y del redoblante le invitan a ver, oír y bailar el samba.
El samba forma parte de la esencia del carioca. Multitudes se reúnen en las quadras de samba durante los ensayos de las escuelas los fines de semana, y en pequeñas y grandes rodas, el samba también puede oírse en los rincones de las playas. En fin, en Río, la canción de Caymmi se lleva al pie de la letra.
El samba está vinculado con la vida en los morros, y sus letras hablan, con delicadeza y con un toque de humor, de la vida urbana, de los trabajadores y de la vida cotidiana de los brasileños. El samba también es uno de los símbolos de la cultura negra del país, ya que tiene en su origen las danzas africanas y las manifestaciones culturales populares de Brasil.
Para escuchar samba en Río de Janeiro no debe tener alma carioca, ni conocer su historia. Solo basta con ir a Lapa, cuna de la bohemia de la ciudad. Pasear por allí es un programa imperdible. Por la noche, sus historias y el samba, por supuesto, son los principales atractivos. Por todo el barrio tiene bares, restaurantes y casas de show que cuidan las casonas coloridas. Siéntese en una de los muchos bares decorados con fotos que cuentan la historia de la ciudad, pida una deliciosa empanada de costillay un chopp bien helado para acompañar.
A la mañana siguiente, realice uno de los programas más tradicionales y sabrosos que Rio puede ofrecerle: pasear por el barrio de Santa Teresa. Entre calles y pendientes estrechas, encontrará simpáticas tiendas de artesanías y talleres con muchos productos para que lleve como recuerdo. Para disfrutar de todo el encanto del barrio, no se olvide de dar un paseo en tranvía. Una vez en el Tranvía de Santa Teresa, desde allí arriba, en los famosos Arcos da Lapa, tendrá una de las vistas más hermosas de Río, con sus playas y paisajes impresionantes. Disfrute.
Como toda ciudad musicalmente rica, Río de Janeiro también es la cuna de uno de los estilos más famosos del mundo, la bossa nova. Con influencia de la samba y del jazz americano, la bossa nova es el estilo que mejor representa el carisma de la ciudad y es, de hecho, una delicia para escuchar. En tono coloquial y con temas que hablan de la vida diaria y del amor, la bossa es cantada como si fuera un susurro, delicado y sentimental.
Una de las canciones de la bossa nova más distintivas y mundialmente conocida es la "Garota de Ipanema", compuesta por los geniales compositores y cantantes Vinícius de Moraes y Antônio Carlos Jobim. La música es considerada el himno de la bossa nova y fue inspirada en la modelo brasileña Heloísa Pinheiro, la niña bonita que paseaba por la Playa de Ipanema en Río de Janeiro, en los años 60. En la orilla de la Playa, a la altura del Arpoador, entre en clima de bossa y fotografíese junto a la estatua de Tom Jobim, un lindo homenaje del ayuntamiento de la ciudad a uno de los grandes nombres de la música del país.
Para revivir el entusiasmo de la época, puede disfrutar de los colores tropicales de Ipanema en un hermoso paseo por el calçadão, y no se vaya hasta la puesta del sol: extienda un colorido pareo en la arena y deslúmbrese con la despedida del sol de otro día en las playas cariocas. Un consejo: a la altura del puesto 9, el personal suele aplaudir el momento el sol se pone ;)
Cayendo la noche, es hora de probar uno de los bocadillos más famosos de la ciudad, el buñuelo de bacalao. En la orilla de Copacabana, hay innumerables bares que sirven este manjar de origen portugués. Añada unas gotas de limón, pida su bebida preferida y sea feliz.
Los restaurantes de Copa también le invitan a saborear el plato más carioca de todos: la famosa feijoada. Reserve un día para probar esta delicia hecha con frijoles negros y varias partes seleccionadas del cerdo, acompañada con arroz blanco y farofa caprichada. Si lo prefiere, también podrá disfrutar de dos pasiones brasileñas, el samba y la feijoada, en una agradable tarde en una de las muchas escuelas de samba de Río de Janeiro - no hay manera de sentirse más carioca.