Olha que isso aquí tá muito bom («Mira que esto acá está muy bueno», trozo de canción de las fiestas de San Juan)

¿La de Campina Grande o la de Caruaru: cuál es la mayor fiesta de San Juan de Brasil? Las dos ciudades disputan anualmente el título y hacen que cada edición sea mayor y mejor organizada que la anterior.

Para comenzar este viaje, vamos a tomar un tren, el Expresso do Forró, que solo circula durante las fiestas juninas. Conocido también como Locomotiva Forrozeira, sale a las 10 h de la estación de Campina Grande y llega a Galante, a 18 km en una hora y media de trayecto, recorrido sin prisa. En cada uno de los vagones, hay un grupo de forró tocando. Elija el suyo y vaya entrenando los pasos, ya que los días siguientes serán de baile.

Por la noche, la fiesta sigue en el Parque do Povo, sede del famoso São João de Campina Grande. Durante el mes de junio, el lugar recibe a más de un millón de turistas y a decenas de artistas, que garantizan la banda sonora durante toda la madrugada. Cuando le falte energía, solo tiene que recargar las baterías en uno de los quioscos de delicias típicas, para a continuación volver a la pista.

La Fiesta de Caruaru o la de Campina Grande: ¿cuál es la mayor? La cuestión aún no se ha resuelto, ¿no? En verdad esa disputa tiene siempre el mismo vencedor: el público, que se puede divertir en esas dos grandes celebraciones.

Usted pude pensar en ello mientras visita la famosa Feira Livre, tan primorosamente cantada por el famoso acordeonista Luiz Gonzaga. Como decía el viejo Lua, sobrenombre del músico, «de todo lo que hay en el mundo allí se encuentra para vender». Y realmente lo hay. Son tantos comerciantes, 12 000, que no es difícil perderse allí dentro, en medio a las comidas, especias, ropas, artesanía, utilidades domésticas e ¡incluso coches y motos!

Más tarde, el destino es el Parque de Eventos Luiz Lua Gonzaga, espacio de 40 000 m² donde tiene lugar el São João de Caruaru que, por supuesto, se extiende noche adentro. Como en Campina Grande, son decenas de artistas, juegos, quadrilhas (danza típica) y delicias típicas. Una curiosidad: durante la fiesta, tiene lugar el maratón de las comidas gigantes, cuando la población se une para hacer los mayores pé de moleque (turrón de cacahuete), pamonha (masa de maíz asada o cocida envuelta en hojas de la mazorca), torta/bizcocho de maíz y mungunzá (crema a base de maíz, coco rallado o maní/cacahuete, azúcar y leche) del mundo.

El Bumba meu boi de Maranhão no es una fiesta como las anteriores. Mientras las demás tienen raíces católicas, la celebración maranhense tiene origen en la leyenda del esclavo Pai Francisco, que mató al buey de su amo para satisfacer la voluntad de su mujer, que estaba embarazada y tenía deseos de comer la lengua del animal. Desesperado, el amo llamó a curanderos para resucitar al animal. Al verlo volver a la vida, todos se unieron en una gran conmemoración.

Pero el Bumba meu boi también guarda semejanzas con los festejos de San Juan: tiene lugar los meses de junio y julio (a pesar de que hay eventos durante todo el año) y es la fiesta más popular de la región, reúne a miles de personas que ocupan las calles de São Luís, bailan toda la noche y degustan las comidas típicas de los festejos. Por eso, podemos incluirla en este itinerario.

Una parte de la fiesta tiene lugar en el Ceprama, Centro de Promoción Artesanal de Maranhão. La antigua fábrica sirve de escenario para el Bumba meu boi. De día, abriga el más importante mercado local de artesanía, donde usted puede conocer y comprar piezas elaboradas por artesanos maranhenses. Son esculturas, hamacas, prendas de vestir, encajes, objetos para el hogar y mucho más. Merece la pena visitarla, por los dos motivos.

Y si busca algo que hacer antes de los festejos, no deje de visitar el Parque Ecológico de la Lagoa da Jansen, una de las postales de São Luís. Con 6 000 m2, tiene vereda para pasear y practicar ejercicio durante el día, además de muchos bares y restaurantes que se convierten en punto de encuentro por la noche.

¿Y hay fiesta de San Juan fuera de los estados del Nordeste? Sí, señor. Y por todo el país. Una que sobresale es el São João del Cerrado, que tiene lugar en Ceilândia, ciudad próxima a Brasilia, realizada anualmente y durante cuatro días, entre julio y agosto. Merece la pena visitar la capital del país antes de ponerse a bailar.

Como el tiempo es corto, dele prioridad al área central de la ciudad, donde se encuentran sus principales monumentos, como la Praça dos Três Poderes, de donde se ven las sedes de los poderes Legislativo (el Congresso Nacional), Ejecutivo (el Palácio do Planalto) y Judicial (el Supremo Tribunal Federal).

De allí, diríjase a la Catedral Metropolitana, diseñada por Oscar Niemeyer, linda, en forma de corona de espinas. Primer monumento de Brasilia, tiene vidrieras de la artista francesa Marianne Peretti y esculturas de ángeles, que parecen volar, de Alfredo Ceschiatti.

Tampoco deje de visitar la Torre de Televisión, con su feria de comida y artesanía. Desde el mirador de 75 metros de altura, se tiene una espectacular vista panorámica de la ciudad. Imperdible.

Al final del paseo, camine hasta el terminal de transporte y tome un ómnibus o metro hasta la estación Guariroba, en Ceilândia. El estadio Abadião, escenario del São João do Cerrado, se encuentra al lado. También puede tomar un taxi para ir hasta allí.

La fiesta es grandiosa: con espectáculos de decenas de artistas, atrae a miles de personas que consumen decenas de miles de raciones de comida y bebida.