Ciudad de Goiás

Inicialmente ocupada por indígenas, la Ciudad de Goiás surgió como una villa fundada para extraer el oro de la región. Con el agotamiento del metal y la reducción inevitable de la población, dirigió sus actividades a la agropecuaria, sin dejar a un lado su vocación cultural y religiosa. Con manifestaciones significativas en las artes plásticas, literatura y culinaria, así como sus bellezas naturales y conservación de costumbres y tradiciones, tuvo su centro histórico clasificado como Patrimonio Mundial por la Unesco, en 2001.

Una de las principales atracciones de la ciudad es la Procesión del Fogaréu, realizada en la Semana Santa (tradición católica que comienza el domingo de Ramos y termina el domingo de Pascuas). Considerada una de las representaciones de la Pasión de Cristo más bonitas del País, la Procesión se realiza desde 1745 y atrae a miles de visitantes al año. Quienes acompañan el cortejo, tiene la oportunidad de recorrer las encantadoras callejuelas, puentes y callejones sin salida de la ciudad, además de conocer iglesias centenarias y su arquitectura barroca.

Uno de los museos destacados es la Casa de Cora Coralina, que fue una de las poetas y cuentistas más importantes de la literatura brasileña, cuya inspiración vino, en gran medida, de las peculiaridades de la Ciudad de Goiás, donde vivió su infancia y los últimos momentos de su vida. El museo ha sido clasificado como patrimonio nacional y cuenta con libros, objetos personales, cartas, fotografías y vídeos de la poeta declamando algunas de sus obras.

Visite también el Museo de Arte Sacra de la Buena Muerte, ubicado en la Iglesia de Nossa Senhora da Boa Morte, donde usted puede apreciar esculturas de cedro y la originalidad de su fachada barroca. Otro museo bastante frecuentado es el de las Bandeiras, que exhibe la cruz originaria de Anhanguera (símbolo de la exploración por los expedicionarios bandeirantes en la región central de Brasil) además de utensilios y muebles utilizados en los siglos XVIII y XIX.

Endulce su paladar: con tradición antigua, los alfenins (dulces de origen portuguesa, preparados con fécula y azúcar) pueden ser encontrados en la ciudad. ¡Exquisitos!